Con el que fuera el álbum de debut de Move D siempre me ocurre lo mismo; me lo voy poniendo cada cierto intervalo (que puede ir de meses a años) pero siempre me gusta igual o más que el primer día. Aunque en los últimos tiempos David Moufang se ha venido decantando por el deep-house exuberante, en este disco dió rienda suelta a todas sus influencias y dio forma a 13 cortes en los se asomaba a el ambient, la IDM o el electro sin olvidarse, claro está del house. Muchas ideas muy bien dispuestas y con una producción totalmente impermeable al paso del tiempo. Suena noventero, sin duda, pero con perspectiva atemporal y feeling universal. Seguramente Moufang simplemente quería presentarse en sociedad con un disco que conjugara todas las aristas de su sonido pero, por el camino y por gracia de su desbordante talento, le salió un indiscutible clásico moderno.
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